La escuela Isauro Arancibia es una institución educativa pública que trabaja con personas en situación de calle. Tiene más de 25 años de vida y nació, creció y se proyecta hacia delante incluyendo y dando respuesta a personas que tienen vulnerados sus derechos.
La historia de la escuela tiene su origen en el año 1998 cuando la maestra Susana Reyes comienza a dar clases a un grupo de mujeres de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina). Con el acompañamiento de su maestra, estas mujeres que querían terminar sus estudios primarios, empezaron a llegar al aula acompañadas de niñas, niños y jóvenes que se encontraban en situación de calle, durmiendo en la zona de Retiro y Constitución.
Muy rápidamente el proyecto se transformó. Cada vez acudían más personas que ya no sólo encontraban un lugar donde retomar sus estudios, sino además un espacio de contención que se volvió central en la vida de cada estudiante. Un lugar donde referenciarse, donde proyectarse, donde construir un proyecto de vida y encontrar nuevos horizontes.
Claramente, la situación de los estudiantes exigía poder pensar el espacio educativo más allá del aula y los contenidos tradicionales que suelen enseñarse en cualquier escuela. Los múltiples derechos vulnerados de los estudiantes introdujeron inmediatamente en el espacio del aula problemáticas vinculadas a la vivienda, a la salud, al trabajo que no podían separarse de la tarea educativa.
De este modo, la cantidad de nuevos estudiantes exigió no sólo agrandar el aula con la que contaban, sino además sumar nuevos maestros y profesionales de otras disciplinas que se incorporaron al proyecto haciéndolo crecer rápidamente.
A lo largo de estos años, la escuela fue cambiando de lugar físico, desde entonces el proyecto siguió creciendo, incorporando la jornada extendida, jardín maternal, nivel primario y secundario, apoyo escolar, comedor, talleres recreativos, artístico-culturales, de formación en oficios, emprendimientos productivos que reciben cotidianamente a cientos de estudiantes que día a día se suman a participar de las diversas actividades.
“El Isauro”, como lo conocen sus estudiantes y educadores, ha ido construyéndose a lo largo de su historia, en una búsqueda por consolidar un proyecto alternativo, inclusivo y alojante, un proyecto de Educación Popular dentro del Sistema Formal.
Aquello que empezó con una maestra y un grupo de mujeres que buscaban terminar la primaria, se transformó hoy en un proyecto en el que participan más de 1000 niños, niñas, jóvenes, adolescentes y adultos/as.